Si a usted le gusta la prensa sensacionalista, el nuevo álbum de John Mayer, “Battle Studies”, podría proporcionar suficiente forraje como para una docena de notas de Pérez Hilton o al menos una historia en la revista Us Weekly.
El primer sencillo del CD, “Heartbreak Warfare”, ya tiene a algunos conjeturando sobre su protagonista: “Si quieres más amor, ¿por qué no lo dices? … Caen bombas por todos lados, guerra de desengaño”.
Hmmm… ¿podría ser ese un mensaje para una famosa “amiga” con la que se le ha vinculado los últimos dos años? ¿Un vistazo a la diseccionada vida amorosa de uno de los galanes de moda de la música?
Dígaselo al propio Mayer y obtendrá un serio revolcón de ojos, seguido de un rostro de “¿estás bromeando?”
“Sé que mucha gente cree eso, pero no“, dice un ligeramente exasperado Mayer durante un receso a sus ensayos para dos conciertos de promoción por su nuevo CD, que salió a la venta el martes.
“Eso significaría que mi vida personal es más poderosa que la misma música, y no lo es. Ninguna vida personal es más poderosa que la música, simplemente no lo es”.
“Por cierto, no soy la primera persona en procesar una vida personal lanzando un disco”, agrega. “Pienso que si existe cualquier intriga — obviamente sería tonto pedirle a alguien que no esté intrigado — pero creo que cuando la música comienza a sonar, no estarán pensando sobre mi vida, sino sobre la de ellos”.
Mayer rara vez se ha sentido intimidado con la atención. Actualiza continuamente a sus 2,6 millones de seguidores en Twitter, estuvo involucrado en un romance de alto perfil con Jennifer Aniston (que siguió a un romance de alto perfil con Jessica Simpson, que siguió a un romance de alto perfil con otra estrella), ha escrito para blogs y revistas y es conocido como uno de los artistas más ingeniosos y astutos de la industria.
Pero está cansado de quienes prefieren enfocarse en John Mayer la celebridad y no en John Mayer el aclamado cantante y compositor, que la revista Rolling Stone alguna vez describió como uno de los nuevos “dioses de la guitarra”.
“Nunca me gustó la idea de que alguien se apropie de quien soy, y no creo que nadie lo haga“, dijo Mayer sentado en una pequeña sala con guitarras aullando de fondo.
Ha pasado casi una década desde que saltó a la escena musical como el talentoso músico con cara de niño de “Room for Squares”, con éxitos como “Your Body Is a Wonderland“. A través de los años ha trabajado con todos, desde B.B. King hasta Buddy Guy, ganando siete Grammys y lanzado éxitos como “Daughters” y “Gravity”. Apodado el “próximo James Taylor”, Mayer creó rápidamente una identidad musical propia.
“Battle Studies”, su cuarto álbum de estudio, es lo que describe como su trabajo lírico más complejo, pero al mismo tiempo más directo. Ahora es un veterano músico y productor, y tiene más confianza y experiencia a la hora de grabar: “No lo veo como una serie de apuestas ganadoras. Lo veo como lo que hago para ganarme la vida”.
El disco encuentra a Mayer en su estado emocional más vulnerable, con canciones como “Half of My Heart” (con Taylor Swift) y “Perfectly Lonely”. Mayer lo describe como la “fase desorganizada” de su vida.
“Comprendo todas las grandes piezas … Sé lo que quiero hacer en la vida, sé quiénes son mis amigos, sé cómo comportarme, sé que me quemo si toco algo que está demasiado caliente”, expresó. “Se trata de atar esos últimos cabos sueltos para poder realmente llegar al punto de la vida en el que la refriega no es el evento principal”.
Pero las batallas románticas de Mayer se han convertido en el principal foco de atención de los tabloides, más notablemente su relación con Aniston, que alcanzó su ápice mediática a principios de año cuando escoltó a la actriz a los premios Oscar.
Mayer ha salido con otras celebridades en el pasado, pero el romance con Aniston es el que lo convirtió en blanco permanente de los tabloides. Lo han definido en el mejor de los casos como un Lotario; en el peor como un canalla.
Mayer admite que quizás hace un mes le habría preocupado todo el parloteo de la prensa. Pero en un viaje a Australia se encontró tocando ante miles de admiradores a quienes no les preocupaba con quién estaba saliendo ni su último mensaje en Twitter. Sólo su música.
Entonces supo que Mayer el músico estaría bien.
“Nunca he tocado en una sala llena de gente que está cotorreando. He tocado en una sala llena de gente que está cantando conmigo cada palabra… Eso es mucho más fuerte que el parloteo”.
Copyright 2009 The Associated Press.
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