octubre 05, 2009

“La gente dice soy un romántico, pero quiero poner la música al alcance de todos”

En su segundo día como director musical de la Filarmónica de Los Angeles, el hombre del momento en el mundo de la música clásica orientaba a un grupo de niños que tenían problemas con el tempo de una pieza.

“¡Muchachos! Los violines los veo, pero suenan muy aburridos!”, comentó el conductor venezolano Gustavo Dudamel. “Hace falta más volumen, para que los instrumentos parezcan felices”.

La mayoría de los músicos de la Orquesta Juvenil de Los Angeles comenzó a tocar hace dos años. Ejecutaban sus instrumentos con timidez, como sorprendidos de encontrarse en el escenario en el Hollywood Bowl.

Pero a medida que los instrumentos de percusión y de viento comenzaron a sumarse, su música sonó como la “Oda a la alegría” de Beethoven.

Dudamel puede ser una de las grandes figuras del firmamento musical, pero no es una diva. El prodigioso conductor de 28 años trabajó pacientemente con músicos principiantes de barrios humildes de South Los Angeles, posó con ellos para fotos, les firmó sus partituras y cantó con ellos el “Feliz Cumpleaños” para un chico que ese día cumplía 12 años.

Practicamos tres veces a la semana y no me he perdido una sola clase“, comentó Javier Vivar, de 11 años.

La orquesta juvenil sigue el modelo de El Sistema, el programa que formó a Dudamel en su Venezuela natal. Se trata de un programa costeado por el gobierno que ofrece instrumentos y enseñanzas a miles de niños y cuenta con numerosas orquestas en todo el país.

Dudamel dice que quiere usar el mismo sistema en Estados Unidos, empleando la música clásica para ayudar a niños humildes.

“En mi país, la música clásica es un proyecto social y artístico“, manifestó Dudamel. “Mi objetivo es poner la música al alcance de todos, de toda la comunidad. La gente dice que estoy loco, que soy un romántico. Pero creo que se puede hacer y voy a intentarlo”.

Para Dudamel, la cultura es una necesidad vital, igual que la salud, la educación y los alimentos, y la orquesta es un instrumento que permite enseñar disciplina y trabajo en equipo.

El Sistema le permitió a Dudamel desarrollar su talento natural para ejecutar el violín, dirigir a los 14 años y llegar muy joven a director de la Orquesta Simón Bolívar.

Cundo ganó el premio Gustav Mahler para conductores a los 23 años en el 2004, el director de la filarmónica de Los Angeles de entonces, Esa-Pekka Salonen, lo invitó a que viniese a esta ciudad para conducir la orquesta.

“Me dijo, en inglés –y mi inglés aún hoy sigue siendo terrible–, ‘Tienes que venir a Los Angeles un día a conducir’. No le entendí. Solo entendí ‘Los Angeles’. Y me sonó bien”, recordó.

Dos años después de su primera presentación en el Hollywood Bowl, la filarmónica ganó una puja con otras orquestas y lo convenció de venir a Los Angeles.

Dudamel dijo que su misión será hacer música bella con la filarmónica y que quiere incorporar a su repertorio a Wagner y las sinfonías de Bruckner.

“Es muy intenso en los ensayos. Allí se realiza el trabajo en serio”, manifestó Deborah Borda, presidente de la filarmónica. “No se dejen engañar por su carisma. Es un músico muy serio”.

Dudamel trae su visión panamericana a Los Angeles, la capital hispana de Estados Unidos.

En su primera entrevista como director musical, un periodista le preguntó qué música tenía en su iPod y el venezolano confesó que le gusta la música vieja y artistas como el salsero venezolano Oscar D’León, la española Pasión Vega, el cantautor dominicano Juan Luis Guerra y las piezas bailables de la década de 1970 que Johnny Pacheco produjo con la disquera Fania.

¿Algún estadounidense? Dudamel mencionó a Beyonce y Pink Floyd.

“Creo que hay una sola América. Por su puesto que tenemos el Sur, el Centro y el Norte, pero es un solo continente. Me enorgullezco de ser venezolano, latino, sudamericano y americano”, señaló.

Aprovechando el interés que hay en Dudamel, la filarmónica organizó un concierto gratuito en el Hollywood Bowl, llamado “Bienvenido Gustavo”, antes de su debut en una función de gala en la Sala de Conciertos Walt Disney.

La filarmónica tiró la casa por la ventana. Llenó de publicidad los autobuses y sacó a la venta un juego de iPod inspirado en Dudamel.

Más de 17.000 personas colmaron el Bowl y escucharon versiones acortadas de piezas de Beethoven.

Los padres de Juan Carlos Guzmán, quien cursa quinto grado de primaria, estaban encantados de verlo tocar el cello.

“Es sorprendente que este conductor famoso trabaje con los chicos. Seguramente los inspirará”, dijo la madre, Heydi Montes. “Este programa les da oportunidades que nosotros no tuvimos. Nosotros nunca pudimos hacer nada como esto. Es emocionante”.

La orquesta entera tocó la Novena Sinfonía de Beethoven. Cuando los solistas y el coro cantaron el cuarto movimiento, la letra en alemán fue traducida al español y el inglés en grandes pantallas junto al escenario.

El público no se perdió un solo movimiento de la batuta y aplaudió de pie.

“Creo que algunos hablan español aquí”, dijo Dudamel, generando una explosión de aplausos y gritos. “Lo más importante, queridos amigos, es que estamos todos aquí, unidos por la música, por Beethoven y por estos chicos, que son el futuro”.

Copyright 2009 The Associated Press.

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